La fabricación aditiva (impresión 3D) es posible con casi todos los materiales comerciales. Es una forma eficaz de realizar prototipos rápidos de piezas de alta calidad, crear moldes para fundición a la cera perdida o incluso producir productos acabados. Los métodos modernos de fabricación aditiva pueden producir piezas de calidad similar a las mecanizadas. También pueden imprimir formas que no se conseguirían mediante mecanizado, como piezas huecas con soportes internos. Algunos materiales populares son los metales, la cerámica, los termoplásticos, las siliconas y los polímeros fotocurables.
La optimización de las propiedades de los materiales para cada aplicación específica es un paso crucial que garantiza que las piezas impresas en 3D funcionen según lo previsto. En el caso de muchos materiales, esto significa que antes de fabricar el material base para uso comercial hay que realizar una gran cantidad de formulaciones y caracterizaciones de materiales.
La mezcla entra en juego a escala de laboratorio/piloto y de fabricación para estos materiales altamente personalizados. Pueden ser una mezcla de polímeros, modificadores reológicos, promotores de la adherencia, aglutinantes, cargas, pigmentos y otros ingredientes. Para garantizar la exactitud de las propiedades a escala de laboratorio, todos los materiales deben dispersarse homogéneamente en la muestra y deben eliminarse las burbujas y huecos antes de realizar las pruebas. Lo mismo ocurre a escala de fabricación.
*Envasado - En algunos casos, las impresoras extruyen material de cartuchos o jeringas. En estos casos, se recomienda rellenar con materiales que hayan sido desaireados utilizando un sistema que no introduzca burbujas. Alternativamente, el procesamiento posterior en el envase final para eliminar burbujas y huecos evitará la aparición de huecos en las piezas impresas. Podemos ayudarle con cualquiera de estos métodos.